la lactancia
La lactancia materna es la forma ideal de aportar a los niños pequeños los nutrientes que necesitan para un crecimiento y desarrollo saludables. Prácticamente todas las mujeres pueden amamantar, siempre que dispongan de buena información y del apoyo de su familia y del sistema de atención de salud.
La OMS recomienda la lactancia materna exclusiva durante seis meses, la introducción de alimentos apropiados para la edad y seguros a partir de entonces, y el mantenimiento de la lactancia materna hasta los 2 años o más.
¿Es normal que me duelan los pezones al amamantar?
Hay tantas mamás primerizas que se quejan de dolor
en los pezones que uno piensa que este sufrimiento es una parte normal de la
lactancia y que simplemente hay que aguantarlo. No es cierto.
Es normal sentir un dolorcito o sensibilidad inicial en los primeros segundos cuando el bebé agarra el pecho. Lo que no es normal, ni necesario, es sentir un dolor que dura toda o casi toda la toma.
El dolor te podría llegar poco a poco, en especial si estás tomando analgésicos durante los días siguientes al parto. O tal vez estás muy concentrada en alimentar a tu bebé y piensas que te acostumbrarás al malestar, o que este pasará.
Trata de identificar el tipo de dolor que sientes y busca una asesora en lactancia a la primera señal de incomodidad. Si ignoras el dolor, tus pezones se podrían agrietar y sangrar y el dolor aumentará.
Algunas mujeres dejan de dar el pecho a sus bebés antes de tiempo por el dolor en los pezones, sin embargo, unos pequeños ajustes que te permitirán seguir amamantando cómodamente.
Es normal sentir un dolorcito o sensibilidad inicial en los primeros segundos cuando el bebé agarra el pecho. Lo que no es normal, ni necesario, es sentir un dolor que dura toda o casi toda la toma.
El dolor te podría llegar poco a poco, en especial si estás tomando analgésicos durante los días siguientes al parto. O tal vez estás muy concentrada en alimentar a tu bebé y piensas que te acostumbrarás al malestar, o que este pasará.
Trata de identificar el tipo de dolor que sientes y busca una asesora en lactancia a la primera señal de incomodidad. Si ignoras el dolor, tus pezones se podrían agrietar y sangrar y el dolor aumentará.
Algunas mujeres dejan de dar el pecho a sus bebés antes de tiempo por el dolor en los pezones, sin embargo, unos pequeños ajustes que te permitirán seguir amamantando cómodamente.
¿Cuál es la causa del dolor?
·
Colocación incorrecta del bebé en el pecho. Es un problema
común que el bebé no agarre una porción suficientemente grande del pecho. Lo
ideal es que su boquita cubra la mayor cantidad posible del círculo oscuro que
rodea al pezón (la areola). Si cuando tu bebé deja el pecho notas que el pezón
tiene la forma de un lápiz labial nuevo, o si ves una raya o borde que cruza el
pezón por en medio, eso significa que tu bebé necesita agarrar una parte más
grande de la areola. Una asesora en lactancia o una enfermera especializada te
pueden ayudar a colocar bien a tu bebé en el pecho.
Mira en esta galería de fotos cómo se prende el bebé al pecho correctamente.
·
Herida causada por el uso de extractor. Utilizar
incorrectamente un extractor de
leche también puede dañar tus pezones. Podría ser que las copas
extractoras son muy pequeñas para tus pezones. Algunas mujeres usan el nivel de
extracción muy alto y eso las lastima. Pregunta a una asesora en lactancia cuál es el mejor extractor para ti y
pídele que te enseñe a usarlo correctamente.
·
Infección conocida como algodoncillo o candidiasis. En caso de algodoncillo o candidiasis, tendrás
los pezones y areolas rojizos, resecos o agrietados, y te picarán o arderán.
Puede que notes puntitos blancos en la boquita de tu bebé, no sólo en la lengua
sino también en el interior de las mejillas y en las encías. (Es posible que
tengas una infección por hongos aunque no se vean estas áreas blanquecinas.) Si
crees que podrías tener una infección en los pezones, comunícate con tu médico,
el pediatra de tu bebé y una asesora de lactancia para que puedan evaluar y
tratar el problema.
·
Piel extremadamente seca o eczema. Si tienes
eczema puedes notar en tu piel pares rojas, sentir comezón o dolor. Si crees
que tienes eczema consulta un dermatólogo.
·
Bebé con lengua atada o frenillo corto. Algunos bebés
tienen el frenillo
corto (un pedacito de piel que está debajo de la lengua) y esto
impide el movimiento completo de la lengua y no les deja sacarla lo suficiente
como para cubrir la encía inferior. Si el médico de tu bebé determina que tiene
frenillo corto, se puede solucionar con una cirugía menor. El médico te podrá
decir si la lengua de tu bebé era la causa del dolor en los pezones.
·
Ampolla de leche. Ocurre cuando una capa delgada de
piel crece sobre un conducto de leche, lo que ocasiona que el conducto se tape.
La ampolla se ve como un punto blanco o amarillo en el pezón y puede causar
dolor al tacto. El dolor también se puede sentir atrás del punto. Consulta un
asesor de lactancia o a tu médico para tratar la ampolla, tendrán que quitarla,
de otra forma tardará semanas en sanar sola.
·
Ampolla de pezón. Una ampolla de pezón es una
ampolla amarilla o ensangrentada sobre el pezón que causa un dolor intenso
mientras amamantas. Frecuentemente, la causa de esta ampolla es la succión a
partir de una mala colocación del bebé al pecho. También son causadas por usar
un extractor en potencia demasiado fuerte.
Una razón menos común para sufrir ampollas es la
dermatitis causada por una reacción de la piel a cremas o medicamentos en el
pezón. Deja de usar cremas o medicinas en los pezones hasta que un dermatólogo
determine qué tipo de ampolla tienes.
Si tienes antecedentes de herpes, la ampolla podría estar relacionada. Deja de amamantar y consulta a tu médico o una asesora de lactancia. Podrías transmitir el herpes a tu bebé si lo alimentas con un brote en el pezón.
Será seguro amamantar a tu bebé de nuevo cuando la herida haya sanado. Hasta entonces necesitas evitar que la producción de leche disminuya y que los senos se te inflamen extrayéndote la leche (pero deséchela, no se la des a tu bebé). Si solo uno de tus senos está afectado puedes amamantar mientras tanto con el otro.
Si tienes antecedentes de herpes, la ampolla podría estar relacionada. Deja de amamantar y consulta a tu médico o una asesora de lactancia. Podrías transmitir el herpes a tu bebé si lo alimentas con un brote en el pezón.
Será seguro amamantar a tu bebé de nuevo cuando la herida haya sanado. Hasta entonces necesitas evitar que la producción de leche disminuya y que los senos se te inflamen extrayéndote la leche (pero deséchela, no se la des a tu bebé). Si solo uno de tus senos está afectado puedes amamantar mientras tanto con el otro.
·
Vasoespasmo. Si tu pezón se ve pálido y
comienza a doler unos pocos segundos o minutos después de amamantar, y después
regresa a su color normal, podrías tener un vasoespasmo. Esto significa que la
sangre no puede pasar y es causado por una lesión en el pezón o por una infección.
Una asesora de lactancia te puede ayudar a identificar la causa. Un tipo de
vasoespasmo menos común es el llamado “fenómeno de Reynaud.” Este se suele
sentir en ambos pezones al mismo tiempo y puede durar unos minutos.
Generalmente se dispara con el frio. Consulta a tu médico para un tratamiento y
a una asesora de lactancia para superar este padecimiento.
¿Cómo puedo prevenir el dolor de los pezones?
Contacta una asesora de lactancia lo más pronto
posible. Ella te puede ayudar a diagnosticar la causa del dolor, y puede
trabajar con otro especialista de forma conjunta de ser necesario. Una vez que
sepan la causa del dolor, la solución suele ser simple.
Si el dolor se debe a la mala colocación de tu bebé al pecho, prueba lo siguiente:
Si el dolor se debe a la mala colocación de tu bebé al pecho, prueba lo siguiente:
·
No empujes el pecho en la boca del bebé, espera a que abra bien la
boquita y entonces acerca suavemente su cabecita a tu pecho.
·
Coloca a tu bebé en el pecho de manera que todo su cuerpo esté volteado
hacia tu cuerpo y no que tenga que voltear la cabeza para agarrar tu pecho.
·
Siéntate cómodamente. Si te sientas en la cama en lugar de una silla, o
en una posición demasiado inclinada, puede que te sea más difícil colocar bien
al bebé en el pecho. Prueba diferentes posiciones para amamantar, hasta que
encuentres la que te sea más cómoda. Lee nuestro artículo ilustrado ¿Cómo lo sujeto? Posiciones y
consejos para amamantar.
·
Prueba usar un cojín o una almohada para apoyar tus brazos mientras
sujetas al bebé.
·
Sostén bien tu pecho con la mano que tengas libre. ¡Algunos bebés se
agarran con extrema firmeza al pecho si tienen la sensación de que se les va a
escapar!
·
Asegúrate de sujetar a tu bebé cerca de tu cuerpo, brindándole firmeza y
apoyo para que pueda concentrarse en succionar y no en tratar de mantenerse
estable.
·
No retires al bebé de tu pecho sin antes romper la succión de sus labios
colocando la punta de tu dedo en la comisura de su boquita, para después
alejarlo del pezón.
·
Si el dolor dura más de 15 segundos, rompe cuidadosamente la succión y
vuelve a colocar al bebé.
·
Estimula la bajada de la leche masajeándote suavemente los pechos o
extrayendo manualmente un poco de leche antes de cada toma. Así el bebé tendrá
que succionar por menos tiempo y tragará más a menudo.
·
Ofrécele primero el pecho que te duela menos.
·
No esperes hasta que el bebé llore. Aliméntalo cuando notes que empieza
a buscar el pecho.
·
Viste ropa de telas transpirables y naturales, y evita las almohadillas
protectoras para brasier que tengan plástico.
¿Qué puedo hacer para ayudar a que se sanen mis
pezones?
Prueba las conchas para senos que se usan por
adentro del brasier mientras no estás amamantando. Sirven para evitar que la
tela del brasier roce contra los pezones a la vez que permiten que circule el
aire.
Rocía un poco de tu propia leche en los pezones y deja que se sequen al aire libre. También puedes aplicarte en los pezones después de cada toma una pequeña cantidad de una lanolina pura que se vende especialmente para esto.
Las compresas de agua y sal pueden ser curativas. Para hacerlas, disuelve 1/4 de cucharadita de sal en 1 taza de agua templada y aplícate esta mezcla en los pechos con gasas o almohadillas de maquillaje por unos diez minutos, tres o cuatro veces al día.
A algunas mamás también les gustan las gasas de hidrogel que están hechas a base de agua o glicerina para humectar y proteger la piel, y algunas madres encuentran que su temperatura fresca les trae gran alivio.
Pregúntale a tu doctor si puedes tomar algún medicamento para el dolor, si lo necesitas. Lo más seguro es que puedas utilizar el mismo medicamento sin receta que te han recomendado para el dolor al salir del hospital.
Rocía un poco de tu propia leche en los pezones y deja que se sequen al aire libre. También puedes aplicarte en los pezones después de cada toma una pequeña cantidad de una lanolina pura que se vende especialmente para esto.
Las compresas de agua y sal pueden ser curativas. Para hacerlas, disuelve 1/4 de cucharadita de sal en 1 taza de agua templada y aplícate esta mezcla en los pechos con gasas o almohadillas de maquillaje por unos diez minutos, tres o cuatro veces al día.
A algunas mamás también les gustan las gasas de hidrogel que están hechas a base de agua o glicerina para humectar y proteger la piel, y algunas madres encuentran que su temperatura fresca les trae gran alivio.
Pregúntale a tu doctor si puedes tomar algún medicamento para el dolor, si lo necesitas. Lo más seguro es que puedas utilizar el mismo medicamento sin receta que te han recomendado para el dolor al salir del hospital.
¿Puedo seguir amamantando?
Claro
que sí. Pero no tienes por qué sufrir. Obtén ayuda lo antes posible buscando
una asesora de lactancia que te ayude a solucionar el problema. Pregunta en el
hospital donde diste a luz si ofrecen este servicio (muchos hospitales lo
ofrecen de forma gratuita) también puedes preguntar a una enfermera
especializada.
Si te duelen tanto los pezones que simplemente no puedes darle el pecho a tu bebé, considera la posibilidad de tomarte un descanso extrayéndote leche por un período de 12 a 24 horas. Usa un buen extractor de leche y empieza en el nivel mínimo de succión.
Rocía un poquito de aceite de oliva en tus pezones y en la areola antes de empezar a sacarte la leche. Esto ayudará a que los pezones se deslicen con mayor facilidad durante la extracción a la vez que ayuda a que se sanen.
Si te duelen tanto los pezones que simplemente no puedes darle el pecho a tu bebé, considera la posibilidad de tomarte un descanso extrayéndote leche por un período de 12 a 24 horas. Usa un buen extractor de leche y empieza en el nivel mínimo de succión.
Rocía un poquito de aceite de oliva en tus pezones y en la areola antes de empezar a sacarte la leche. Esto ayudará a que los pezones se deslicen con mayor facilidad durante la extracción a la vez que ayuda a que se sanen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario